a veces, aun sintiendo un relativo privilegio pienso como hacían los griegos... que para el hombre es mucho mejor estar muerto que vivo.
'cléobis y biton. estos individuos, que eran naturales de argos, contaban con suficientes medios de vida y, además, con un vigor corporal de unas proporciones tales, que ambos eran a la par campeones atléticos; más aún, de ellos se cuenta la siguiente historia. con ocasión de celebrar los argivos una fiesta en honor a hera, su madre tenía que ser ineludiblemente trasladada en carro al santuario, pero sus bueyes no habían regresado del campo a la hora debida. entonces los jovenes, como el tiempo apremiaba, se uncieron ellos mismos a la gamella y arrastraron el carro, sobre el que iba su madre, llegando al santuario después de haber recorrido cuarenta y cinco estadios. y, una vez realizada esta proeza a la vista de todos los asistentes, tuvieron para sus vidas el fin más idóneo y en sus personas la divinidad hizo patente que para el hombre es mucho mejor estar muerto que vivo. resulta que los argivos, rodeando a los muchachos, los felicitaban por su fuerza; y, por su parte, las argivas lo hacían con su madre por tener unos hijos como aquéllos. la madre, entonces, exultante por la proeza y los elogios, pidió con fervor a la diosa, de pie ante su imagen, que concediera a cléobis y bitón, sus hijos que tanto la habían honrado, el don más preciado que alcanzar puede un hombre. tras esta súplica y una vez concluidos los sacrificios rituales y el banquete, los muchachos se echaron a descansar en el propio santuario y ya no se levantaron: ese fue el fin que tuvieron. y los argivos mandaron hacer unas estatuas de ellos y las consagraron en delfos.'
solón le contó esta historia a creso cuando creso le preguntó si ya había visto al hombre más dichoso del mundo, creso esperaba que solón le dijera que era él, creso se creía muy dichoso... pero solón concedía a estos jovenes el segundo lugar en lo que a felicidad respecta.
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